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lunes, 4 de marzo de 2013

¿Tiempos difíciles o una oportunidad para mejorar?

No hay duda de que estamos viviendo tiempos de cambio, de incertidumbre y de inestabilidad generalizada. La palabra más escuchada a lo largo del día es “crisis”. Pero los apuros no son exclusivamente económicos, también se extienden a las crisis de pareja y de valores. La gente tiene malestar físico, inestabilidad emocional o desorientación en diferentes ámbitos de su vida.

Las energías están muy revolucionadas y parece que los antiguos modelos ya no nos sirven. Es momento de pararnos, reflexionar, evolucionar y crecer. ¡Sí! Pero, ¿Cómo? El primer paso es tomar conciencia de qué nos está pasando, reconocer cuáles son nuestras dificultades e identificar los desafíos a los que nos enfrentamos.

En lugar de preguntarnos “¿Por qué me está pasando esto?”, preguntémonos “¿Para qué está ocurriendo?”. Así, en vez de caer en el victimismo, veremos la oportunidad y el aprendizaje que subyace detrás. Una vez seamos conscientes de ello, será necesario hacer algo para salir de ese estado. Es decir, responsabilizarnos de nosotros mismos, hacer los cambios pertinentes para modificar aquello que no nos termina de encajar.

CONCIENCIA y RESPONSABILIDAD son los dos pilares básicos del coaching. A través de preguntas y una serie de ejercicios, tu coach te ayuda a que te des cuenta de cosas que por ti mismo sería más difícil ver. Luego se trata de analizar las diferentes opciones y buscar los mejores caminos de puesta en acción. Un buen coach nunca te dirá lo que debes hacer, tratará de que tú mismo encuentres las respuestas en tu interior. Por último, con toda esa información, llega el momento de elaborar una estrategia que te acerque a la meta que habías fijado, de manera que consigas los objetivos deseados.

Sin embargo, muchas veces es difícil expresar con palabras lo que sentimos o cómo vivimos determinados asuntos. Ahí es donde realizar un ejercicio de arteterapia puede ser un complemento perfecto para potenciar el autoconocimiento o para que afloren asuntos más inconscientes. Al emplear el arte como herramienta de crecimiento personal, lo importante no es el resultado de la obra, sino el trabajo interno realizado. El hecho de dedicarnos un espacio para conectar con nosotros mismos, para estar en paz, fluir con la pintura, la escritura, el baile o la representación teatral será mucho más positivo que lamentarnos de nuestra situación o de lo mal que va la economía.  ¿Y tú? ¿Qué prefieres: quejarte y lamentarte o hacer algo para provocar un cambio?.

Si para ello crees que necesitas la ayuda de un profesional, puedes contar conmigo, estaré encantada de acompañarte hacia tus metas.

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